Fray Antonio de Guevara, franciscano, escritor español que nació probablemente en Treceño (Santander) hacia 1480, y murió en Mondoñedo (Lugo) el año 1545.
Lo que le dio más gloria fueron sus obras, tan variadas en temática y tan ricas en recursos expresivos. Los trabajos literarios de Guevara corrían manuscritos entre los cortesanos y eran admirados por su estilo pulido y retórico, por la variedad y ciencia que encerraban; hasta tal punto se aficionaron a ellos que el escritor no tuvo más remedio que imprimirlos, con objeto de fijar el texto, bastante alterado en las copias.
Guevara fue el escritor cortesano por excelencia, el hombre más loado por sus obras y tal vez el español más leído en Europa. Aún hoy no acertamos a explicarnos el porqué. Quizá la clave de su éxito se encuentre en su estilo. Frente al clasicismo sencillo y casi horizontal de la prosa renacentista (pensemos en los Valdés y en el Lazarillo), hay un marcado regusto por lo desorbitado, ampuloso y dinámico. Guevara no se propuso formar escuela y no tuvo conciencia de su barroquismo: era en él una condición innata, fomentada por la oratoria, en la que fue un maestro. Es curioso constatar que Guevara no fue un caso aislado; también Feliciano de Silva y en menor medida Luis Milán y Pedro Mexía abusaron de los retorcimientos expresivos de la lengua. Fue, pues, un gusto de época afortunadamente desaparecido. Aparte estos recursos, Guevara tuvo el gran acierto de ser un escritor variado y ameno. Sus obras abarcaron una amplia gama de temas, y dentro de una misma obra, la variación afloraba también. Tuvo el don de la oportunidad.
"Menosprecio de corte y alabanza de aldea" es un libro lleno de tópicos y lugares comunes, y de contrastes intelectuales entre la vida cortesana, tan amada por Guevara, y la vida natural que hubiera, si es posible creerle, deseado llevar. La obrita se desarrolla en un tono discreto, monótono a ratos, pero reflejo fiel de su estilo y arte.
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